8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle
Hoy es 8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle, y Nueva Esparta está de fiesta, en realidad todo el Oriente, pero celebro la fiesta desde Margarita.
La isla se paraliza para honrar a la Madre de Dios y durante un día cantarle, pintarle, cocinarle, orarle, celebrarle y agradecerle, casi siempre desde la acción común que implica el encuentro con el otro para festejar el nacimiento de una madre protectora, en la calle, la casa, la iglesia, la basílica, la ranchería, el bote, la bicicleta. En fin, desde el lugar de cada quien.
Cada año la celebro a mi manera, desde lo que me provoque hacer al pensar en ella. Hoy por ejemplo, decidimos hacer un paseo familiar Papa, mama, hija menor y abuela para ver cómo la encontrábamos por las calles de Margarita, lejos de multitudes.
Salimos por la carretera vieja del Salado y la saludamos al borde del camino en cuatro altares domésticos, donde los vecinos colocan sus vírgenes blancas y doradas y adornan con flores, en modo gratitud infinita.
Subimos por Guarame hacia Guacuco y allí pedimos su bendición en más de 10 altares de calle, hechos en colectivo, en espacios públicos para la reunión y la celebración. Flores naturales, de plástico, globos blancos y azules, faralaos colgantes, velas y velones acompañaban cada altar público donde la gente lucía feliz e invitaba a agradecer y festejar. En Guacuco prendimos la radio y la voz de Miguel Serra cantando a la Virgencita nos llevó a Pampatar como destino. Por Agua de Vaca nos detuvimos en numerosos altares coloridos, hechos por orgullosos creyentes.
Subimos por Guarame hacia Guacuco y allí pedimos su bendición en más de 10 altares de calle, hechos en colectivo, en espacios públicos para la reunión y la celebración. Flores naturales, de plástico, globos blancos y azules, faralaos colgantes, velas y velones acompañaban cada altar público donde la gente lucía feliz e invitaba a agradecer y festejar. En Guacuco prendimos la radio y la voz de Miguel Serra cantando a la Virgencita nos llevó a Pampatar como destino. Por Agua de Vaca nos detuvimos en numerosos altares coloridos, hechos por orgullosos creyentes.
Ya en Pampatar el asombro regresó y con él la emoción de presenciar lo desconocido. Tres buques, numerosos peñeros y un submarino en la superficie nos recordaron que hoy también es Día de la Armada y que la virgen de los marineros los "echa pa tierra" para cantarle cumpleaños.
Lucienne Sanabria se escucha en la radio cantando "Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo, gloria a la Virgen del Valle, que nos cubre con su manto". Celebramos la belleza de esta canción y decidimos rodar hacia la Península de Macanao.
Lucienne Sanabria se escucha en la radio cantando "Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo, gloria a la Virgen del Valle, que nos cubre con su manto". Celebramos la belleza de esta canción y decidimos rodar hacia la Península de Macanao.
En el camino nos asombra que se reducen los altares, pero eventualmente salta uno a la vista, hermoso, hecho con dedicación y fe.
En Boca de Río el pueblo está de fiesta, la Virgen del Valle corona la proa de los botes pesqueros atracados en la bahía. Los niños se bañan en la orilla y los adultos se sientan frente a sus casas con algún traguito y celebran el cumpleaños de su patrona.
En Boca de Río el pueblo está de fiesta, la Virgen del Valle corona la proa de los botes pesqueros atracados en la bahía. Los niños se bañan en la orilla y los adultos se sientan frente a sus casas con algún traguito y celebran el cumpleaños de su patrona.
En la radio Roky Viscuña canta con Los del Valle y nos cuenta cómo lleva flores ante su altar.
La península de Macanao con sus naranjas, verdes, azules intensos, sus gavilanes, zamuros, cactus, yaques, guayacanes, salinas y blancos demuestran que la Virgen también se manifiesta allí para lograr ese espectáculo que es la seductora aridez de la península. Por eso decidimos darle la vuelta y más allá del Robledal el sonido de cohetes nos guió a la celebración de la Virgen del Valle.
La península de Macanao con sus naranjas, verdes, azules intensos, sus gavilanes, zamuros, cactus, yaques, guayacanes, salinas y blancos demuestran que la Virgen también se manifiesta allí para lograr ese espectáculo que es la seductora aridez de la península. Por eso decidimos darle la vuelta y más allá del Robledal el sonido de cohetes nos guió a la celebración de la Virgen del Valle.
Hacer silencio y escuchar fue la fórmula para llegar a la bahía del Guiriguire, donde centenares de Macanagüeros festejaban en sus rancherías la bendición de la Virgen en el Mar y le agradecían su protección permanente. Las rancherías donde siempre hay redes, hamacas, pescados, anclas y botes hoy tenían altares, pensados, preparados y elaborados con la Virgen del Valle en su traje de fiesta, imagen ante la cual bebían y festejaban, con la familia, el amigo, el vecino y el desconocido, porque sólo un saludo de Luis Alberto bastó para que en una de esas rancherías nos brindaran cerveza y seguramente si nos hubiésemos quedado más tiempo, también nos habrían dado del sancocho de pescado que preparaban a leña.
Allí ya la radio dejó de sonar para darle paso a la música en vivo que disfrutaban los creyentes. Presenciar la fiesta fue emocionante, por eso tras unos minutos seguimos paseando para encontrar a la Virgen del Valle en otros lugares. Continuamos el viaje y mientras veíamos las Tetas de Ma Guevara a lo lejos le cantábamos a Paula "y antes de llegar a la Restinga, amigo turista voltea la cara, y verás los cerros, los cerros que forman, los cerros que forman las tetas de María Guevara" y nos reímos de las ocurrencias de Perucho Aguirre.
Y justo antes de llegar a La Restinga recibimos nuestro regalo del día, porque allí, antes de pasar el puente volteamos a la derecha y vimos como decenas de botes venían en procesión marina, con música y pitos celebrando a su patrona. Todos los conductores nos detuvimos en el puente y tocamos cornetas y saludamos a los pescadores, estábamos todos felices y juntos hacíamos el ritual de celebrar nuestros ídolos de fe, se emocionó el corazón y saltó de puro alegre queriendo salirse por los ojos...
Paula celebró pasear por la Virgen del Valle y continuamos el camino a casa. Ya casi al llegar nos reencontramos con la Virgen en el mural de barro de Medardo Bellorín, ahora decorada, alrededor sillas y sopa. La comunidad en pleno unida en la fiesta...estamos de fiesta, porque el amor y la fe por la Virgen del Valle es una gran manifestación cultural de este Estado y cada uno la celebra como puede y con el nombre que se identifica.
Margarita es devoción, es celebrar en comunión, cómo nos cuentan lo hacían los Guaquerí, a quienes se les festeja justo un día después del cumpleaños de la Virgen.
Paula celebró pasear por la Virgen del Valle y continuamos el camino a casa. Ya casi al llegar nos reencontramos con la Virgen en el mural de barro de Medardo Bellorín, ahora decorada, alrededor sillas y sopa. La comunidad en pleno unida en la fiesta...estamos de fiesta, porque el amor y la fe por la Virgen del Valle es una gran manifestación cultural de este Estado y cada uno la celebra como puede y con el nombre que se identifica.
Margarita es devoción, es celebrar en comunión, cómo nos cuentan lo hacían los Guaquerí, a quienes se les festeja justo un día después del cumpleaños de la Virgen.
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